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El niño deportista (Parte 1: Hidratación)

13 de Febrero de 2019 05:35

Dr. Luis José Maldonado Morales Texto original tomado de: http://www.mipediatra.com/pediatras/nino-deportista.htm

Independientemente de la educación escolar formal, los padres deseamos que los niños desarrollen una educación deportiva complementaria, por lo que los inscribimos en escuelas de fútbol, karate, judo o cualquier otro deporte; pero no nos percatamos de las necesidades de los niños durante la actividad deportiva para prevenir lesiones debidas a las exigencias propias que el entrenamiento y competencia que un deporte determinado presenta.

     Existen dos aspectos muy importantes a los que hay que prestar atención: la hidratación y la nutrición.

     Es de fundamental importancia la hidratación del niño antes, durante y después de la realización de la actividad deportiva, pues las características ambientales de nuestra zona, como el calor intenso y la extremada humedad ambiental, exigen que los deportistas estén adecuadamente hidratados para prevenir un problema serio como la enfermedad por golpe de calor.

     En una persona adulta de 70 kg de peso, el 57%, o sea 39.9 kg está compuesto por agua; este porcentaje corporal de agua aumenta conforme disminuye la edad, así tenemos, por ejemplo, que el recién nacido tiene el 78% de su peso en agua, al año de edad el 60% y así sucesivamente. Por eso, si en el deportista adulto es importante la adecuada hidratación, en el niño lo es mucho más, ya que ésta es importante en la termorregulación corporal.

     Es importante conocer algunas diferencias que hacen que los niños sean reguladores de calor menos eficientes que los adultos:

- La mayor proporción de agua corporal en relación al peso en el niño que en el adulto.
- El adulto suda menos y presenta menor excreción por cada glándula sudorípara que el niño.
- El niño tiene mayor área de superficie corporal, lo que propicia un mayor intercambio de calor entre la piel y el ambiente.
- El niño comienza a sudar al alcanzar temperaturas más altas que un adulto.
- A cualquier nivel de ejercicio, el niño produce mayor calor metabólico por kilogramo de peso que el adulto.
- El niño presenta menor expulsión de sangre por el corazón con cada latido.
- Menor riego sanguíneo a la piel, lo que interfiere con la convección del calor desde la parte central del cuerpo hacia la periferia en el niño.

     En estudios practicados a deportistas adultos de alto nivel de competencia se ha comprobado que durante la actividad física se puede generar una temperatura rectal desde 38.5ºC hasta 40ºC al presentar estados de deshidratación del 3 al 5% del peso corporal, por lo que estas temperaturas corporales se pueden presentar en el niño que realiza deporte con estados de deshidratación aún menores y a esto agregamos que algunos entrenadores fomentan la restricción de agua durante los entrenamientos sin tomar en cuenta que la deshidratación provoca:

- Disminución de la capacidad de termorregulación corporal.
- Disminución en la capacidad del trabajo físico.
- Disminución de la fuerza muscular.
- Disminución de la sudoración.
- Agotamiento del glucógeno muscular, el cual sirve para proporcionar energía.
- Inestabilidad circulatoria por la disminución del agua corporal.

     Además se ha comprobado que hay un efecto acumulativo de las pérdidas de líquidos en el rendimiento deportivo que no logran compensarse posteriormente aunque se restituyan los déficits de líquidos el día de la competencia.

     Otros factores de riesgo para la producción de enfermedad por golpe de calor en el niño que realiza deporte además de la edad son:

1.- Falta de acondicionamiento y aclimatación. Es importante un período de aclimatación de 8 a 10 días cuando se va a competir de un clima templado o frío a un clima caluroso. Los cambios que hay durante la aclimatación son:
a) Aumento del flujo sanguíneo cutáneo.
b) Aumento de sudoración en forma más temprana.
c) Ampliación del volumen plasmático.
d) Mejor distribución del sudor sobre la superficie corporal.
e) Producción de sudor con menor cantidad de sales.
f) Disminuye la utilización del glucógeno muscular.  

2.- Obesidad, ya que el niño obeso presenta:                          
a) Gasto cardiaco reducido.
b) Limitada distribución del flujo sanguíneo a la piel
c) Mayor elevación de la temperatura corporal que en personas delgadas.
d) Sudoración alterada por un menor número de glándulas sudoríparas en relación a la superficie corporal.

3.- Enfermedades subyacentes que alteran los mecanismos termorreguladores, como:
a) Enfermedades febriles.
b) Enfermedades gastrointestinales.
c) Diabetes insípida.
d) Diabetes mellitus
e) Insuficiencia cardiaca.
f) Desnutrición.
g) Anorexia Nerviosa

     Por lo que todo niño enfermo o que esté ingiriendo medicamentos debe ser autorizado por su pediatra en el momento adecuado para reiniciar con su actividad deportiva habitual.

     Los signos incipientes de la enfermedad por golpe de calor son:
a) Piloerección en tórax y brazos.
b) Escalofríos.
c) Dolor de cabeza.
d) Nauseas.
e) Sudoración excesiva.

     Los signos de enfermedad por golpe de calor ya establecida en el niño incluyen:
a) Mareos.
b) Latidos cardiacos rápidos.
c) Fatiga muscular.
d) Inestabilidad.
e) Torpeza.
f) Apatía.
g) Alteración gradual del conocimiento.

     Por lo que es preciso siempre evitar llegar a estos extremos con las siguientes medidas:
- No realizar actividades deportivas durante los horarios en donde el calor ambiental es más alto.
- Usar ropas apropiadas y de material absorbente, permitiendo la mayor cantidad de piel expuesta al ambiente para facilitar la evaporación del sudor.
- Hidratación adecuada previa al entrenamiento o competencia, de 15 a 30 minutos antes, con 150 a 200 ml de agua en niños menores de 40 kgs o con 250 a 350 ml niños mayores.
- Beber cantidades similares de agua fría cada 20 a 30 minutos durante la actividad deportiva.
- A los jóvenes que realizan competencia fuerte les ayuda mucho pesarse antes y después del entrenamiento o competencia, ya que por cada kilogramo de peso perdido se requiere beber un litro de agua.
- Recordar que aunque un niño no esté realizando actividad física, por el sólo hecho de estar sentado bajo los rayos del sol tiene aumento de temperatura y pérdida de líquidos por evaporación, así que se les debe tener en lugares sombreados.





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